La ingeniería urbana y el futuro de las ciudades verdes en España

30 enero 2024
5 minutos

En la actualidad, y desde hace ya algunas décadas, existe en el mundo, y en particular en España, una tendencia cada vez más importante de migrar de los pueblos y campos a las ciudades, en especial por la mayor abundancia de trabajos y “mejores condiciones de vida”. Se estima que para el año 2050 alrededor del 88% de los españoles vivirán en ciudades, lo que inevitablemente expandirá estos centros urbanos de forma dramática y por lo que la planificación urbana y la ingeniería será cada vez más importante.

Las ciudades verdes son el futuro del urbanismo moderno, debido a la necesidad de hacer los espacios urbanos mucho más ecológicos y al mismo tiempo más agradables para los propios ciudadanos que habitarán en ellos en el futuro. Se espera, además que este tipo de profesiones aumente pronto su demanda, bien sea desde el sector público como desde iniciativas privadas que busquen crear espacios más atractivos y que al mismo tiempo puedan ser autosustentables para reducir su impacto ambiental.

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Principales retos de la ingeniería urbana para crear ciudades verdes

Crear ciudades verdes no es un trabajo sencillo, y quienes se dedican a diseñar espacios urbanos para que sean habitados por seres humanos deben tener en cuenta muchas cosas, esto incluye todas nuestras necesidades modernas: electricidad, agua, desagüe, internet y comercio, pero también deben tener en cuenta la gestión del espacio, la producción de energía y, sobre todo, la fauna y flora local, que, con el crecimiento actual de los centros urbanos, empezará a ser desplazada por el entorno urbano en unas pocas décadas.

Los cambios de modelos energéticos en las ciudades verdes

La idea de una ciudad verde no es solo llenarlas de plantas y áreas verdes, de esto hay en todas las ciudades y no pueden ser consideradas de esta forma. La idea es crear espacios urbanos que sean capaz de sustentarse a sí mismos, en especial en materia de energía eléctrica, que seguirá siendo necesaria tanto hoy como en 100 años, e incluso, la demanda energética no hará sino crecer en las próximas décadas.

Gran parte del trabajo de los ingenieros urbanos en este sentido será diseñar modelos de ciudades (basados en las existentes) que sean capaces de ser más inteligentes, cuya demanda energética sea satisfecha a partir de sistemas que aprovechen recursos renovables no contaminantes, como la energía solar, la eólica, entre otras.

El problema, claro está, es que este tipo de sistemas energéticos no es posible aplicarlos en todas las áreas del mundo, ni siquiera en todas las ciudades de España, ya que existen sitios más o menos nublados, más o menos ventosos y más o menos despejados.

Que el crecimiento tenga el menor impacto en la flora y fauna local

Este es el principal problema que se tiene que abordar al pensar en ciudades verdes: el dejar espacios para la fauna y la flora. El crecimiento de los centros urbanos inevitablemente destruye los ecosistemas y esto es algo que difícilmente se puede evitar, ya que la población no dejará de crecer.

Lo que se intenta, es tener el menor impacto posible en los ecosistemas circundantes a las ciudades e incluir espacios dentro de las mismas donde la vida pueda florecer. Crear áreas verdes dentro de las ciudades como parques donde los animales y plantas puedan vivir sin ser molestados es una opción.

Se trata de un problema que esencialmente no tiene una solución efectiva que no implique someter a la flora y fauna a una suerte de cautividad, que, sin embargo, puede funcionar para crear conciencia en la ciudadanía, al final, la responsabilidad individual para con el medio ambiente seguirá un punto importante, más allá de cualquier planificación que se pueda hacer desde el sector público o desde empresas privadas.

Alcanzar objetivos de desarrollo sostenible

El propósito de las ciudades verdes es perseguir objetivos de desarrollo sostenible, ciudades que sean capaces de autosustentarse y que no dependan tanto de la industria petrolera o del carbón, que son las principales contaminantes, sobre todo del aire y de las aguas. Existen energías como la nuclear, que es una de las más limpias pese a su mala fama, y la eólica que es una de las renovables más explotadas en todo el mundo.

Estas ciudades, además, requieren de un presupuesto menor para sostenerse en el tiempo, pese a lo caras que pueden llegar a resultar durante su desarrollo, realmente pueden ser económicamente muy beneficiosas, se pueden generar nuevos empleos y pueden ayudar a canalizar un crecimiento poblacional hacia un desarrollo sostenible.

Según la iniciativa Capital Verde Europea, que es la primera en dar un paso hacia la construcción de ciudades verdes en Europa, estas iniciativas de la mano de ingenieros urbanos le darán un respiro al medio ambiente y servirán tanto para crear conciencia como para crear modelos que sean sostenibles en el tiempo y que generen ganancias tanto a empresas como a gobiernos que tomen la iniciativa para crear este tipo de espacios urbanos.

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