Dónde denunciar el acoso laboral: ¡sugerimos!
Mobbing es toda manifestación de violencia física y psicológica en el lugar de trabajo. Si has sido víctima de acoso sexual, chantaje, burlas, ofensas, ignorancia, amenazas, si tu empleador no cumple con los términos del contrato, no paga, espera obtener horas adicionales, ante todas estas situaciones se puede contrarrestar y en este artículo aprenderás cómo hacerlo.
Comienza por informar sobre el caso a tu empleador
Si tu torturador no es el máximo responsable de la empresa, sino alguien de tus colegas, directores u otros subordinados, vale la pena informar el asunto al empleador antes de tomar medidas serias. En muchas situaciones, es una decisión muy difícil, y no permanecerás en el anonimato, pero debe enfatizarse que esto no es una sugerencia, es más bien su deber. La mejor manera es escribir una solicitud, describir toda la situación y adjuntar evidencia (sobre esto en las siguientes secciones). Es responsabilidad de cada empleador proteger a los empleados contra el acoso y contrarrestar tales situaciones cuando ocurre una amenaza. Esto está consagrado en la ley y un empleador que no cumpla con esta disposición puede ser considerado responsable si la salud o los derechos personales del empleado han sido expuestos, y puede verse obligado a pagar daños y perjuicios. Al escribir su solicitud, puedes incluir esta información y referencia a disposiciones legales específicas.
¿Por qué más debería comenzar con esta forma de denunciar? Imagínate que el caso va a la corte y tu supervisor que no recibió dicha solicitud testifica que nunca se le han denunciado casos de mobbing. Vale la pena intentarlo porque la situación puede mejorar, y como último recurso es evidencia en el caso.
Solicitud a la Inspección de Trabajo
También puedes informar casos de mobbing a la Inspección de Trabajo describiendo toda la situación y proporcionando sus datos. ¡Atención! Debes respaldarte con la evidencia apropiada que hará que la inspección emita una decisión de llegada. Entonces sucederá de forma anónima y tus datos no serán revelados. Esta es una buena solución si tu caso de mobbing puede ser verificado de esta manera. Por ejemplo, si tu colega te insulta verbalmente, será difícil que una inspección verifique dicho comportamiento, pero definitivamente se encargaran de condiciones de trabajo deficientes que expongan a los empleados al peligro. A su vez, otro caso extremo es la violencia sexual o la agresión física: ¡tal comportamiento debe denunciarse a la policía lo antes posible!
La evidencia es necesaria
Al denunciar mobbing de cualquier manera, estás acusando a alguien de algo – por lo que debes tener evidencia. Estos pueden ser mensajes, fotos, grabaciones, que a veces son difíciles de obtener porque los mobbers no actúan frente a todos. También pueden ser horarios de trabajo que muestran que eres en el trabajo más frecuente que otros, una lista de remuneración o la solicitud mencionada anteriormente al empleador. También pueden ser despidos y certificados médicos que confirman daños a la salud (también de un psicólogo). Es importante registrar siempre la fecha y hora de los sucesos de mobbing, para que luego puedas demostrar que fueron permanentes. También vale la pena buscar apoyo en otras víctimas del mobber que desean recibir una compensación. A través de portales como GoWork.com puedes encontrar a otros que han sido maltratados por la misma persona. Mira, quizás acaba de llegar un nuevo director que abusa de los empleados, quién sabe si en la compañía anterior no fue lo mismo. Explora e intenta encontrar tanta información como sea posible, porque los testimonios de otros son siempre la mayor evidencia en el caso.
Organizaciones que ayudan a las víctimas de acoso laboral
Hay varias organizaciones para contactar. AECAL es una de ellas: ajustan la ayuda que una persona necesita y aconsejan qué hacer en un caso particular. No cobran ninguna tarifa. La asociación AVALC que opera en la región de Cataluña, dice sobre sí misma:
«Ayudamos en los aspectos sociales, jurídicos y profesionales a las víctimas y familiares que sufren o han sufrido el acoso moral en el trabajo».
AGACAMT ayuda a reconocer el problema y el tipo de acoso y a reunir evidencia relevante, mientras que AMAYA ayuda a las víctimas que sufren de autoestima perturbada, ansiedad, depresión y trauma. Los enlaces de estas organizaciones se pueden encontrar a continuación:
Ojalá hubiera sabido antes que estabais aquí, yo lo sufrí durante varios años, acentuándose en el último año antes de coger la baja por ansiedad, todo porque me negué a firmar un escrito para despedir a una compañera, denuncié el caso al comité de salud, el resultado es que mis testigos no los dejaron testificar, mis pruebas cómo audios y vídeos no las quisieron ver, etc, al final taparon todo, y no sólo mi caso, también se tienen casos de aviso sexual y pasó lo mismo, yo pedí un cambio de puesto de trabajo, lejos de mi sitio habitual, al final, no sé porque, (supongo, que por las pruebas que tengo y si denuncio al juzgado lo tengo casi ganado), me concedieron el cambio de puesto, ahora estoy a media hora de camino en coche, antes a unos 7 minutos, pero bueno, he ganado en calidad de vida, eso sí, le herida aún la tengo, lo peor es que encima tengo que demostrar mi inocencia, porque, claro, te sientes culpable.
Soy asesor jurídico, en su día laboralista, hoy penalista.
Aclaro que estoy de parte de los obreros en los múltiples casos de abusos por parte de los empresarios.
Sin embargo les he de decir que NADA de lo que ustedes dicen, funciona en la REALIDAD, aunque se agradece la intención.
No voy a limitarme a decir que sus consejos no valen para nada, les voy a explicar por qué.
Desde que se aprobó la reforma laboral, los empresarios han blindado su posición, a tanto es esto que en caso de una denuncia o ya solo con comentar al «jefazo» cualquier situación de abuso contra el trabajador, el empresario canta al oído del currela, la típica cantinela coreada por todo empresario, «si no estas contento, a la puta calle», y ese es el
mejor se los casos, el peor es que identifiquen al obrero como alguien problemático para la empresa y no renueve contrato.
Ahora pongámonos en la tesitura de que el obrero consigue movilizar a la inspección de trabajo…, la inspección de trabajo pondrá en evidencia al trabajador en el mismo puesto de trabajo, (se de que hablo), cuando el inspector se presente, el típico lameculos le irá al jefe con la noticia de quien es quien estaba «más descontento» y ese, siendo sospechoso, tiene los días contados en la empresa, sea o no quien llamó a la inspección, palmará con el premio gordo del paro.
Y por último, hay un «truco» que los empresarios emplean muchísimo y es la excusa para todo del «bajo rendimiento», panacea de los empresarios para «mágicamente» convertir un despido improcedente a uno «procedente» sin que nadie pueda hacer nada por injusto que sea.
Por tanto les rogaría que no vendan humo a los obreros más poco informados por su propio bien