La dicotomía entre lo natural y lo cultural, y su invalidez cada vez más clara. El ser humano necesita los opuestos para ordenar la realidad, aunque la forma que estos toman no es necesariamente universal. Naturaleza y cultura son dos conceptos que nos hemos construido para ese propósito, pero observando sus límites, origen histórico y ausencia en otras sociedades, logramos entender que es, en efecto, un constructo ideológico en crisis. Prácticamente desde que tenemos uso de razón aprendemos a diferenciar. Bueno de malo, real de irreal, vida de muerte, juventud de vejez, masculino de femenino; las oposiciones binarias son, según el antropólogo Lévi-Strauss, la base universal de la naturaleza del pensamiento humano. Incrustadas en lo más implícito de nuestro pensamiento, nos ayudan a ordenar lo que nos rodea, a dar sentido a la realidad que nos envuelve. Sin embargo, ¿son dichas dualidades, obvias para cierta cultura, compartidas por todo ser humano? ¿Es el orden que le damos al mundo, de hecho, el orden, o simplemente una visión más en un universo de infinitas interpretaciones del mundo? No hace falta viajar más allá de Occidente para observar cómo, en el curso de ?nuestra? historia, concepciones de la realidad han ido ...