Pocas personas influyen más en la vida de un individuo que sus hermanos; no sé si es muy aventurado decir que marcan tanto o más que sus padres, pero por ahí andará la cosa. Y sobre todo, es una influencia brutal cuando estamos hablando de la infancia. Para mí, y lo he mencionado en alguna ocasión, ha sido sorprendente ver que, desde las pocas semanas de vida, Rafa observaba a Alfonso y se giraba en cuanto oía su voz. Era un bebé y ya sabía que no estaba solo. Y eso, obviamente, marca. Después llegó el gateo y el caminar y Ricitos de Oro se convirtió literalmente en la sombra del mayor hasta un punto realmente agotador para Alfonso y para nosotros, que siempre tenemos que tener dos cosas iguales, dialogar o dar un grito ? Lo que a estas alturas no sé es si el pequeño tirará más hacia el mayor o al mediano aunque claro, si el mediano hace lo que ejecuta el mayor, pues esto va ser efecto dominó. Pero a pesar de todo esto que veo en mis hijos, me he dado cuenta en los últimos meses que «cada uno es de su padre y de su ?