Opiniones MCLAND INTERNATIONAL LANGUAGE CENTER

Navegando por internet he encontrado información con respecto de la empresa MCLAND INTERNATIONAL LANGUAGE CENTER, según pude entender, es sobre un cargo que inmediatamente estará disponible para solicitudes, será requerido para desempeñar funciones como asesor con un horario flexible a petición del solicitante. Es requisito primordial experiencia previa en el área mencionada.

No tengo constancia de en qué punto se encuentra esta empresa, ni hasta qué punto esta opinión puede llegar a repercutir en la decisión de alguien, pero si puede servir, que no quede por intentarlo.

Entré en McLand allá por el 2008, y durante nueve años asistí una hora a la semana, todas las semanas en calendario lectivo, a clases de francés. Gracias a esta formación, conseguí un B1 en 2015, a los 16 años. Algo que, seis años después, me cuesta creer que consiguiera con dicha formación. Y he aquí los motivos:

En primer lugar, la progresiva denigración del método de enseñanza. Cuando estaba en Primaria, las clases constaban de cierto dinamismo, alternando entre ejercicios de gramática, comprensión lectora y auditiva y entrenamiento oral (lo que se conoce comúnmente como «speaking»). Asimismo, era agradable ver en el piso a otros profesores con otros alumnos dando clase de otros idiomas y que, ante todo, se apreciaba un ambiente colaborativo, casi familiar.

Con el paso del tiempo, o bien mi horario no volvía a coincidir con el del resto de la plantilla, o esta se iba reduciendo, de modo que únicamente quedamos mi profesora, que era y es la directora y administradora única de esta empresa, y yo.

Desde entonces, las clases consistían en lo siguiente. Yo volvía del verano intentando defenderme en francés después de meses de vacaciones en los que mi última preocupación era cualquier cosa relacionada con el ámbito escolar, y la profesora respondía: "uy, has perdido mucho francés; tienes que entrenarlo", me daba o bien una serie de folios con ejercicios de gramática o bien, en su mayoría, ensayos para que yo escribiera, y se iba a su oficina. Después de cuarenta y cinco minutos, volvía para corregirme y darme una valoración, sin ningún tipo de consejo ni de pautas a seguir para intentar mejorar mi escritura más allá de "escribes muy denso" y "has mejorado/empeorado". A ello hay que sumarle que su oficina se oía perfectamente desde el aula, y durante esos 45 minutos oía a esta persona GRITAR al teléfono, a veces rozando el insulto.

Para resumir y poner en situación a la persona que lea esto, imaginemos que usted, lector/a, envía a su hijo/a de 16 años a esta persona para que aprenda inglés los jueves a las 18:00, y se encuentra con lo siguiente:
1. Primeros cinco minutos de "hola qué tal" + (si se conocen de un tiempo) preguntas PERSONALES.
2. "Toma estos folios para que hagas un writing o rellena esto para el use of english, y me lo das a menos diez".
3. 45 minutos a solas frente al papel con gritos e improperios de fondo, con algún "¿cómo vas?" de vez en cuando.
4. Llegan las 18:50, le corrige el writing, le dice qué tiene mal y qué tiene que mejorar sin dar ningún tipo de pauta o sin acompañar en ninguna clase posterior.

Una cosa es que el propio alumno deba apañarse por su cuenta con la educación que recibe, y otra muy distinta es que el alumno en cuestión deba caminar prácticamente solo. Pues entonces, ¿para qué están los profesores? ¿Por qué invertir el dinero que se gana, que cuesta ganarse, en que una persona o un grupo de personas doten a su hijo/a de conocimientos?

Haciendo hincapié en lo de las preguntas personales: se entiende que, de una relación profesor-alumno de muchos años, surja un vínculo afectivo. Meterse en la vida personal del estudiante cuando este es un adolescente, intentar meterse de lleno en su futuro académico y laboral sobre qué debe hacer y qué no y usar calificativos hacia sus padres; todo ello en pleno horario de clase, en lo que a mí respecta, me parece una falta de respeto hacia mi persona y, lo que es peor, hacia mi familia.

Llegados a este punto, planteo las siguientes cuestiones:
1. ¿Mandaría usted a su hijo/a a una profesora comprometida emocionalmente, que desatiende a sus alumnos e invade su privacidad (que evidentemente involucra a usted, pues es su padre o madre)?
2. Su hijo/a, suponiendo que estudia, ¿no tiene otras asignaturas más importantes en las que pensar y que van a ser determinantes en su futuro académico?
3. ¿Gastaría una tarifa de 350 € por 10 clases; es decir, 35 € la hora, por una clase de estas características?

En definitiva, he aquí mis vivencias respecto de esta academia, que más que plantear si la directora de esta empresa es una persona realmente apta para la docencia, busca a quien la tenga o haya tenido en su punto de mira reconsiderar su oferta y, de paso, ahorrarse unos euros.

Un saludo.

Mcland international language center es una compañía especializada en cursos de idiomas para empresas y particulares. Está localizada en una excelente zona comercial de la ciudad de Madrid, España, a la que se puede acceder mediante líneas de bus, coche y a pie.