Opiniones Fundación Vianorte-Laguna (Hospital Centro de Cuid...

Mi abuelo materno Crescencio Pascual Alias, de 78 años de edad, falleció después de estar internado en este centro durante poco más de un mes. Mi abuelo tenía como antecedentes médicos hipertensión y EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), aunque curiosamente hasta poco antes de desarrollar el cáncer de pulmón que terminó matándole, su EPOC se había vuelto mucho menos agresivo, tanto que un médico llegó a decirle que tal vez se había curado de dicha enfermedad pese a ser crónica. Aclaro que mi abuelo fumó muchísimo, hasta 3 y 4 paquetes de tabaco diarios, aunque lo dejó de forma definitiva a los 70 años. También superó un cáncer de próstata hace 16 años y fue operado con éxito de un tumor benigno en la vejiga en agosto del año pasado. En cualquier caso, no merecía el miserable final que se le proporcionó.

Os pongo en antecedentes: mi abuelo padecía un cáncer de pulmón que le diagnosticaron en febrero de este mismo año. En enero ya había sospecha de ello, pero los médicos tardaron un mes en confirmarle el diagn´ostico. El tumor era diminuto, casi como una pequeña mancha, pero ya se le habían extendido algunas células cancerígenas a la espalda, lo cual le provocaba dolor. Su oncóloga nos tranquilizó a todos, incluido a mi abuelo y nos dijo que tenía remedio, como mínimo se podía parar, al menos. Decidió darle 3 sesiones de radioterapia y unas cuantas de quimio, creo que también eran 3 o 4. También nos indicó que no nos agobiásemos si dejaba de comer. Al final, solo pudo completar las 3 sesiones de radio, ya que perdió muchísimo peso, se quedó en los huesos y tuvieron que ingresarle en el Severo Ochoa, donde volvió a comer y ganó un poco de peso, eso sí, seguía débil y casi ni podía andar, por lo que le mandaron a este centro de rehabilitación, con indicación de que estuviese 2 o 3 semanas. El plan, por supuesto, era empezar con las sesiones de quimio en cuanto saliese del centro o incluso dentro de ahí en cuanto recuperase un poco más las fuerzas. Aclaro que mi abuelo tenía la cabeza perfectamente y una movilidad muy alta antes de la enfermedad. Además, era completamente independiente. La cabeza la siguió teniendo casi al 100 por cien, pese a las altas dosis de morfina que se le administraron en sus últimos meses.

El trato fue bastante malo salvo al principio que todos parecían muy majos y dispuestos a ayudar, incluso le hicieron andar algo. La situación cambió radicalmente cuando misteriosamente mi abuelo se constipó tras cambiarle de habitación por un supuesto caso de covid de otro usuario. Mi abuelo dio negativo en todos los test, pero no deja de ser curioso, así como el hecho de que la ventana estuviese abierta con frecuencia y también que el personal muchas veces no utilizase mascarilla, pese a que era totalmente obligatorio.

El constipado hizo que su EPOC se reactivase, combinado también con el cáncer de pulmón y precisó bastante atención médica, la cual apenas le proporcionaron, salvo algo de o´xigeno y dosis más altas de morfina para el dolor de espalda, ya que asumían que era terminal, pese a que dicho diagnóstico no se nos había proporcionado antes. Al final, viendo que no dejaba de empeorar y que nos hacían comentarios como "¿Qué más da si ya le queda poco", o "cuando llegue a la fase final, en la que puede estar 2 semanas, le sedaremos por completo y pueden dejar de venir todos los días, pues no va a enterarse de que estáis" Lo que quiero decir, es que ni siquiera le trataban con dignidad, no le daban ni agua muchas veces los fines de semana, sin ir más lejos, ya que había menos personal y pasaban de él, y tras mucho rogarles, conseguimos que le trasladaran al Severo Ochoa de nuevo, pero ya era tarde, ahí nos confirmaron que tenía metástasis en todos los huesos y le llevaron a paliativos, donde empeoró a las pocas horas y nos llamaron para que fuéramos a despedirnos, ningún día he llorado tanto en mi vida como ese. Falleció 6 días después, tras una sorprendente mejoría final, pues se aferró todo lo que pudo a la vida. Aclaro que en el Severo Ochoa le pusieron una sedación suave, y en ningún momento se le sedó tanto como para no ser consciente de que estábamos con él, ya que hablamos todos los días, menos el último que apenas se podía comunicar con algunos gesto, pues supuestamente pasó una mala noche y tuvieron que subirle la morfina, esto último no sé si creérmelo, pero en aquellos momento supongo que ya no tenía arreglo igualmente.

Os preguntaréis ¿qué quiero decir con esto? Es bastante probable que mi abuelo hubiera fallecido igualmente, pero podría haber durado unos mes o incluso unos años más con un mejor trato de los médicos en general. Se cometieron varias negligencias con mi abuelo, pero las de la Fundación Vianorte de Laguna fueron sin lugar a dudas las más crueles, así que me encargaré personalmente de hacerles pagar, legalmente por supuesto, por los daños causados, tanto físicos como psicológicos, tanto a mi abuelo como a su familia, entre la que me incluyo.

Todo nuestro agradecimiento, por el trato humano y asistencial que ha recibido nuestro familiar, hasta su despedida. Muchas gracias a toda la Unidad de Cuidados Paliativos.

Familia Carmen Santiago

Pregunta a los empleados:
Es verdad que no se usa morfina para el dolor de los pacientes terminales sino besos de enfermeras y palabras de Monseñor Escriva,?